Las flechas en el eneagrama, son un complemento al conocimiento del eneatipo y el subtipo. De hecho, en el propio dibujo del eneagrama podemos ver la relación entre los distintos tipos y subtipos, por medio de las líneas, que van de uno a otro. Por ejemplo: el ocho va hacia del dos y el cinco, el seis va hacia el nueve y el tres…
Las flechas del eneagrama.
Las flechas del eneagrama son entonces, el camino que puede hacer cada uno de los eneatipos, para algunos autores, una de las direcciones es la que nos lleve hacia la integración y la otra hacia la desintegración.
El eneagrama predice cómo será cada tipo cuando esté más y menos sano. Esta ruta nos da pistas de nuestro crecimiento, así como de hacia dónde vamos cuando nos encontramos en nuestros peores momentos.
Es por ello que tener claras las flechas del eneagrama nos permite ser conscientes de esos movimientos y reconocerlos en la vida diaria, para acelerar así nuestro desarrollo.
La dirección de desintegración
La flecha del eneagrama que nos lleva a la desintegración se muestra en los periodos en los que estamos más estresados o con mayores incertidumbres en nuestra vida.
Cuando exprimimos al máximo la estrategia de nuestro tipo y aún así no conseguimos lo que deseamos, empezamos a comportarnos de la misma forma que el eneatipo que lleva la dirección de desintegración, siendo este un mecanismo de supervivencia. De esta forma:
- Los Uno (metódicos) se van al Cuatro y se vuelven irritables e irracionales.
- Los Dos (necesitados) se van al Ocho volviéndose agresivos y dominantes
- Los Tres (ambiciosos) se van al Nueve, se reprimen y vuelven apáticos
- Los Cuatro (distante) se van al Dos, se involucran y apegan de forma exagerada.
- Los Cinco (indiferentes) se van al Siete y se vuelven hiperactivos y dispersos.
- Los Seis (obedientes) van al Tres volviéndose competitivos y arrogantes.
- Los Siete (dispersos) van al Uno y se vuelven perfeccionistas y críticos.
- Los Ocho (confiados) van al Cinco, se vuelven reservados y temerosos.
- Los Nueve (satisfechos) van al Seis, volviéndose angustiados y preocupados.
Lo que pasa es que aquello que se reprime, en los momentos en que ese tipo se sienta presionado, lo va a expresar tal y como lo hace el eneatipo de la flecha de desintegración. Las flechas del eneagrama, por lo tanto, como una manera de dejar salir cierta presión.
Esto permite, de forma temporal, seguir descendiendo a franjas más insanas dentro del eneatipo básico, pero en realidad no lo soluciona.
La dirección de integración
Mientras que la dirección de desintegración es inconsciente y compulsiva, la de integración requiere una elección consciente, por lo que exige un cierto esfuerzo por nuestra parte.
Para seguir el camino de integración tenemos que estar medianamente estables, sino nos costará mucho seguir las flechas que nos ayudan a encontrarnos mejor.
Si sabemos hacia dónde tenemos que ir, resultará más fácil saber cuando estamos en el camino correcto. Aquí os dejamos unas pistas para cada uno de los eneatipos:
- Los Uno (airados y críticos) se van al Siete, volviéndose más espontáneos y alegres.
- Los Dos (soberbios y autoengañados) van al Cuatro, se cuidan más y perciben más sus emociones.
- Los Tres (engreídos y falsos) van al Seis, colaboran y se comprometen con los demás.
- Los Cuatro (envidosos y turbulentos) van al Uno volviéndose más objetivos y fuertes en sus principios.
- Los Cinco (avariciosos e indiferentes), van al Ocho, adquiriendo más confianza en sí mismos y mayor capacidad de decisión.
- Los Seis (temerosos y pesimistas) se mueven al Nueve, volviéndose más relajados y optimistas.
- Los Siete (glotones y distraídos) van al Cinco, volviéndose más centrados y profundos.
- Los Ocho (lujuriosos y controladores) van al Dos, volviéndose más generosos y cariñosos.
- Los Nueve (perezosos y descuidados) van al Tres y se vuelven más capaces de desarrollarse y más enérgicos.
El verdadero sentido de las flechas del eneagrama
Conociendo las flechas del eneagrama y direcciones de integración y desintegración, y el hecho de que movernos hacia la integración exige una elección consciente, podemos llegar a la conclusión de que si imitamos comportamientos y actitudes del eneatipo que nos lleva a la mejor versión de nosotros/as mismos/as.
Pero esto no es así, de hecho, si se hace sin abandonar los hábitos y defensas del ego, estaremos destinados al fracaso.
Antes de llegar a este punto, es necesario conocer en profundidad nuestra esencia, y evitar las tendencias y trucos ya de sobra conocidos.
Entonces, para llegar a ser la mejor versión de nosotros mismos, no se trata tanto de forzar un camino u otro, sino de dejar marchar de forma consciente, los aspectos de nuestro tipo que nos bloquean.
¿De qué nos vale saber cuál es nuestra flecha de integración y desintegración?
El objetivo final de conocer las flechas el eneagrama es tener pistas sobre en qué punto estamos, en qué momentos y situaciones nos situamos más hacia uno u otro lado. Nos ayuda a entender y activar el proceso con más facilidad.
Cuando nos movemos en la dirección de integración, se enriquece la calidad de nuestras actividades, orientándonos hacia lo que realmente queremos o necesitamos. De esta forma podemos hacer realidad todas las capacidades de nuestro tipo básico.