El estrés es en la actualidad una de las peores sensaciones y dolencias que podemos experimentar, especialmente si es crónico. Pero un poco de estrés o algo de tensión en momentos excepcionales no tiene que ser negativo ni perjudicial, de hecho, puede ser necesario. A veces se confunde con la ansiedad, por lo que en un post anterior hemos hablado de la diferencia entre estrés y ansiedad.
¿Qué es el estrés?
El estrés es una reacción del cuerpo ante un desafío, un problema, una situación que nos supera… usualmente se trata de una reacción completamente sana y necesaria. Y es que el estrés cumple con una función de defensa y supervivencia básica.
Al igual que todas nuestras reacciones y emociones, el estrés cumple con una función y es la de darnos la capacidad de hacerle frente a una situación complicada.
Por ejemplo, te ayuda a correr con más fuerza al ver un peligro o a enfrentarte sin miedo a un enemigo.
En nuestro día a día el estrés nos puede ayudar a terminar un trabajo rápido, a salir airosos de una discusión o a atrevernos a exigir más salario ante nuestro jefe.
El problema es cuando aparece sin que sea necesario y de forma constante, de manera que nunca podemos deshacernos de esa desagradable sensación.
Por eso, se puede diferenciar:
- El estrés agudo: es a corto plazo que se manifiesta en determinadas situaciones y luego desaparece.
- El estrés crónico: dura por un periodo de tiempo prolongado ante un problema al que no podemos ponerle solución de forma rápida, por ejemplo, problemas de dinero o en la pareja.
¿Cómo nos afecta el estrés en nuestro día a día?
Cuando tenemos estrés nuestro cuerpo se tensa, se tensan los músculos, el pulso se acelera y se liberan hormonas. Cuando esto ocurre solo durante algunos minutos de forma semanal, no es malo, pero cuando permanentemente nuestro cuerpo está en tensión podemos sufrir muchos problemas como diabetes, obesidad, insuficiencia cardiaca, problemas menstruales, acné….
Algunos de los síntomas de que su estrés es crónico:
- Dolores de cabeza.
- Diarrea o estreñimiento.
- Dolores musculares.
- Falta de apetito sexual.
- Problemas de sueño.
- Dolor de estómago.
- Abuso de sustancias para relajarse.
- Y otras.
Esto puede ocurrir por situaciones que de forma constante nos provocan estrés o ansiedad. Es decir, los lugares o personas con los que tenemos más relación propician un clima estresante, por ejemplo, en casa o en el trabajo.
Mi trabajo es estresante
Todos o casi todos los trabajos son estresantes durante un periodo de tiempo determinado que finalmente termina o unos minutos al día por algún motivo concreto como una reunión o un retraso en una entrega. Sin embargo, si solo la idea de ir a trabajar te estresa, cada día sientes estrés y te provoca problemas para dormir, para relajarte o para disfrutar de otras actividades, tienes estrés crónico y debes buscar una solución.
Puedes hablar con tu superior, con un compañero de trabajo de confianza y sobre todo informarte. Puedes encontrar trucos para reducir el estrés o para abordar tu trabajo desde otro punto de vista. Si llevas meses en esa situación, visita a un psicólogo.
Me estreso en mi casa
Si tu estrés crónico proviene del ambiente familiar, debes hacer cambios cuanto antes. A menudo no es problema de nadie en concreto, sino que poco a poco por pequeños inconvenientes o problemas externos, la situaciones se cargan y aparece un ambiente tóxico.
Si el ambiente de tu unidad familiar es tóxico, por cualquier pequeño problema aparecerá una gran discusión y todos los inconvenientes desembocarán en otros más grandes.
También, es común que si un miembro de la familia tiene estrés crónico los demás también. Para evitarlo, puedes acudir a psicólogos especializados en familias.
Me estresa quedar con gente
El estrés que aparece antes de una cita, una reunión con compañeros del trabajo o ante una tarde con un mejor amigo o amiga se llama fobia social y cada vez es más común.
A menudo aparece cuando se llevan días sin salir de casa o sin ver a otras personas. De hecho, es más común entre personas en el paro. Pero este tipo de estrés y sus causas son muy complejas, por lo que lo mejor es que consultes con un especialista cuanto antes.
5 ideas para superar el estrés del día a día
Una reunión de equipo, un viaje con tu jefe o jefa, una cita con alguien especial, la boda de un amigo, tu ambiente familiar, una discusión de pareja, coger el coche y pillar un atasco… si estas situaciones te estresan más de lo normal, estos son algunos consejos:
Haz ejercicio con regularidad
Quizá crees que esto no tiene nada que ver con el estrés que sufres en el trabajo. Pero te equivocas, el estrés es una reacción del cuerpo, es un cambio hormonal que se puede regular y una de las formas de hacerlo es mediante el ejercicio. Si liberas tensión corriendo, haciendo judo o jugando al pádel podrás reducir la tensión en el trabajo.
Encuentra un ambiente emocional estable
Si tienes estrés por tu trabajo, al volante o por problemas económicos o de salud, pero cuando estás en casa te sientes arropado o arropada, es poco probable que se transforme en crónico. Si crees que puedes confiar en tu pareja, tus hijos o tus padres algunos síntomas irán desapareciendo. Apóyate en ellos.
No intentes controlar lo que no está en tus manos
Las personas que sufren más estrés son aquellas con un carácter más severo y dominante. El motivo es que tienen una idea clara de cómo deben ser las cosas y buscan moldearlas para que salgan como les gustaría. Lo malo es que a menudo estas cosas no dependen por entero de ellos y entonces aparece el estrés o la sensación de falta de control.
Prioriza tareas
Una forma de reducir el estrés es mejorando la organización. Si sabes cuántas horas dedicarás al día a cada tarea, es menos probable que lo sufras, pues te sentirás con el mando.
No imagines situaciones que aún no han ocurrido
Vive el presente, olvida el pasado y el futuro o te cargarás de estrés. Para ello hay muchas técnicas. Una muy simple es que cuando comiences una tarea te dediques por entero a ella. Esto puedes empezar a practicarlo gracias al mindfulness. Si solo tienes una idea o una acción en mente, el estrés desaparece.