Somos sujetos extraordinarios e inigualables y nuestro pensamiento es tan particular y propio como nuestra personalidad. De una manera más general y sin entrar en detalles, podríamos decir que nuestra personalidad se nutre de unos factores hereditarios con los que ya nacimos y otros ambientales que la van forjando a base de experiencias importantes que nos acaban marcando.
La etimología, el origen y procedencia de la palabra personalidad, muy probablemente, tenga su origen en la voz etrusca phersus que luego derivaría en la palabra griega prosopon y el sustantivo latino personalĭtas, -ātis, de persỗna, persỗnae. Todas estas palabras aluden a ‘lo que está delante de la cara‘ o ‘la máscara de los actores‘. Ya era un término que hacía referencia al modo en el que interactuamos con lo que nos rodea.
Personalidad y carácter
Antes de pasar a definir de una manera más amplia y profunda lo que significa el término de personalidad, vemos necesario incidir en un error que solemos cometer frecuentemente a la hora de utilizarlo en el lenguaje. Y es que, a menudo, equiparamos personalidad con carácter al referirnos a cualquier persona. Al decir que tal persona no tiene personalidad atribuimos la falta de ciertas características, en nuestro caso rasgos: iniciativa, independencia… a no tener personalidad. No obstante, la personalidad engloba diferentes rasgos, entre los que podrán estar el carácter, como más adelante veremos. Todo el mundo tiene personalidad y dentro de ésta podremos destacar distintos rasgos que la forman. Por eso, no acaba siendo del todo correcto decir que alguien no tenga personalidad.
¿Qué es la personalidad?
Hay infinidad de definiciones e interpretaciones de la personalidad, pero una de las que creemos más completas es la que da José Bermúdez Moreno en su libro Psicología de la personalidad (2011) y que es la siguiente: “organización relativamente estable de características estructurales y funcionales, innatas y adquiridas bajo las especiales condiciones de su desarrollo, que conforman el equipo peculiar y definitorio de conducta con que cada individuo afronta las distintas situaciones.”
A estas características innatas o adquiridas bajo especiales condiciones, a las que hace referencia la anterior definición, denominamos rasgos de la personalidad. Estos rasgos son agrupaciones específicas de conducta que se dan habitualmente, se diferencian de los estados porque tienen las características de estabilidad y durabilidad. Por ejemplo, no es lo mismo estar nervioso debido a que hayamos discutido con alguien o tomado mucho café a que seamos nerviosos por naturaleza.
Por ello, las personas no nos podemos asemejar o diferenciar atendiendo a nuestros estados, sino a los rasgos. Además, los rasgos no son independientes, suelen relacionarse entre sí en menor o mayor medida y esta relación o correlación hace que puedan agruparse en entidades superiores denominadas tipos o dimensiones. Así, por ejemplo, tendríamos el tipo de sentimental-extrovertido que englobaría rasgos como la empatía, sociabilidad, vitalidad, sensibilidad, etc.…
Tipos «de personas»
Carl Jung, fundador de la psicología analítica, también denominada psicología de los complejos y psicología profunda hizo una división de las tipologías basándose en la personalidad de los introvertidos y extrovertidos. Así, construyó 8 tipos de personalidad:
1. Pensamiento-introvertido
Es la persona que se enfoca más en sus propios pensamientos que en lo que ocurre en el exterior, se interesa más en las ideas que en los hechos. Suelen ser tercos pero influenciables al dar poca importancia a lo externo.
2. Sentimental-introvertido
La persona así es muy reservada pero agradable y comprensiva con sus amigos cercanos, aunque pueden llegar a ser amorosas, no suelen mostrar sus sentimientos.
3. Sensación-introvertido
Son quienes realzan más la experiencia subjetiva más que la objetiva, se nutren de impresiones sensoriales. Es el típico perfil de músicos y artistas.
4. Intuición-introvertido
Este tipo de persona suele vivir más en el futuro que en el presente, es el típico soñador interesado de forma permanente en las posibilidades futuras.
5. Pensamiento-extrovertido
Es el individuo que está interesado más que nada en los hechos y a partir de ahí elabora sus teorías. Suele reprimir la emoción y los sentimientos, descuidando relaciones y amigos.
6. Sentimiento-extrovertido
Son personas interesadas en las relaciones humanas que disfrutan de la compañía.
7. Sensación extrovertido
Es un tipo de persona con tendencia acusada a la búsqueda de placer, necesita cambiar de estímulos de forma constante y atribuye un valor a los objetos de forma inconsciente.
8. Intuición-extroversión
Son las personas que se caracterizan por emprender todo tipo de proyectos y no los abandona hasta que terminan. Son personas cuyo lema preferido es: “Quién no arriesga no gana”, les gusta transformarse y nada más terminar un proyecto ya están pensando en el siguiente.
Trastornos de personalidad
Como ya dijimos antes, aunque la personalidad es singular y única, hay ciertos patrones que pueden repetirse con asiduidad, dando forma a diferentes tipos o dimensiones de la personalidad. Cuando este tipo de personalidad incluyen rasgos radicales, disfuncionales o normativamente desviados, entonces hablamos de trastornos de personalidad (TP).
Además, para diagnosticar un TP debe producir malestar al paciente que lo padece o interferir en el funcionamiento de su vida cotidiana. Los diferentes TP están recogidos en el DSM-5 (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) y la CIE-10 (Clasificación internacional de enfermedades). Según sus características, los TP pueden clasificarse en tres grandes grupos:
A: TP paranoide, TP esquizoide y TP esquizotípico: se corresponde con aquellas personas a las que podemos considerar raras o excéntricas.
B: TP antisocial, TP límite, TP histriónico y TP narcisista: las personas que pertenecen a este grupo se caracterizan por ser extremadamente emocionales y dramáticas.
C: TP evitativo, TP dependiente y TP obsesivo-compulsivo: identifica a aquellas personas que tienen mucha ansiedad o sienten temor con facilidad.
Para terminar y a modo de conclusión, podemos decir que la personalidad es algo que vamos edificando, sobre todo en nuestra infancia, y que llega un momento en el que se vuelve estable y para toda la vida. A partir de ese momento, podremos cambiar pequeñas cosas de nuestra manera de ser, pero la personalidad seguirá siendo la que es.
La personalidad tiene una base hereditaria y genética, pero también se construye a través del aprendizaje, del contexto, de las relaciones con nuestros semejantes y de las situaciones que vamos viviendo. Abarca todo aquello que somos por dentro, pero también cómo actuamos por fuera.
En la red puedes encontrar variedad de test de personalidad, en nuestro blog tienes algunas recomendaciones.
“La personalidad es la diferencia entre el interior y exterior de una persona.” Jonathan Safran Foer